Genética y comportamiento: cómo tus genes pueden influir en tu personalidad

Por Equipo de Redacción
Genética y comportamiento: cómo tus genes pueden influir en tu personalidad

La relación entre genética y comportamiento es un viejo debate. Realmente, ¿de qué manera influyen nuestros genes en nuestra forma de actuar? En este artículo damos respuestas. 

¿Los genes influyen en nuestra forma de comportarnos?

La parte innata tiene una incidencia importante en los seres humanos, sí, pero también existe la socialización y la educación. Esto implica que los genes sí influyen en nuestro comportamiento, pero determinadas conductas se pueden atemperar o corregir. Los primeros estudios vienen de la década de 1960, pero ahora, en muchos casos, se han confirmado las hipótesis. 

Es relevante diferenciar entre cuestiones de comportamiento de aquellas que se convierten en trastornos mentales diagnosticables. En este caso, sí está sobradamente demostrada la relación entre genética y algunos trastornos, como sucede con la esquizofrenia, el autismo, el trastorno por estrés postraumático o el trastorno bipolar. Eso sí, no podemos descartar los factores ambientales que, muchas veces, actúan en conjunto.

De todas formas, sí hay pruebas que pueden servir para ver si se tiene o no predisposición genética a determinadas situaciones, incluso infantiles. Y es útil porque, así, podemos tomar decisiones y encaminar nuestras conductas de una forma más positiva.  

Vamos a ver de qué manera genética y comportamiento se pueden relacionar en nuestro día a día. Te animamos a que sigas leyendo…

Genética y comportamiento: posibles relaciones

Existen algunos ejemplos prácticos de cómo nuestros genes y herencia influyen en la manera en cómo nos comportamos. Y esto tiene que ver en distintas áreas de nuestra vida. Estos son algunos: 

1. Capacidad de percepción

La genética influye, y de forma evidente, en la forma que tenemos de percibir los estímulos. En este sentido, existen distintas maneras de recibir esta información y de procesarla. Y esas diferencias, de por sí, también dan lugar a comportamientos distintos según el individuo. Aquí son varios los genes que pueden variar en ello: se calcula que la autopercepción o no de la felicidad depende, en un 50 %, de la herencia genética

Aquí pueden existir alteraciones en los sentidos como el daltonismo, por ejemplo. Pero, de todas maneras, también en cómo interpretamos, con los mismos conocimientos que una persona, una realidad. En consecuencia, es conveniente que se tenga presente antes de nada este factor, porque eso influirá en numerosas actitudes. 

2. Predisposición a adicciones

Los últimos estudios nos indican que la genética puede jugar un papel importante en numerosas adicciones. Hablamos de tabaquismo, alcoholismo, ludopatía u otras. Se calcula que el factor genético tiene peso, aproximadamente, entre el 40 y el 60 % de las ocasiones. Por lo tanto, se debe tener en cuenta en la prevención y en el tratamiento posterior.  

En estos casos, entran en juego alteraciones genéticas en los genes a través de la epigenética. Si se ha tenido un progenitor con adicciones, las probabilidades de padecerla se multiplican. Por esta razón, es crucial que, durante el embarazo, se evite el consumo de determinadas sustancias. 

3. Temperamento

Las respuestas ante los estímulos hacia afuera también tienen un correlato genético. Como hemos dicho antes, el factor cultural puede amortiguar algunas reacciones, pero sí existe una predisposición.

¿Cómo saber esto? Por ejemplo, podemos hablar de la curiosidad, la apertura a nuevas realidades o los comportamientos neuróticos. Si bien en este punto existe, todavía, un campo muy amplio de estudio, lo cierto es que sí hay una relación entre genoma común y comportamientos similares. Hasta ahora, el consenso científico señala que esta relación puede ser de entre un 20 y un 60 %. Precisamente por ello, hemos de plantearlo como una opción, pero en relación con otras áreas. 

Popularmente, se decía «esta persona ha salido a su padre o a su madre». Pues bien, la sabiduría popular, en ciertos puntos, sí que coincide con la realidad. 

4. Respuesta al estrés 

Existen numerosas variantes genéticas, denominadas poligénicas, que explican la distinta reacción al estrés que tienen las personas. Algunas tenderán a bloquearse, mientras que otras intentarán huir y otras responderán. Esos comportamientos tienen que ver, en parte, con las 200 variaciones genéticas que influyen, destacando la variación en el gen SLC6A4.

Y, evidentemente, esta respuesta al estrés tiene correlato con las situaciones de ansiedad o de depresión. Aunque los factores ambientales son de una importancia decisiva, es poco realista no indicar, aquí, la importancia de la variación genética. 

5. Relación con la comida

Nuestra relación con la comida está determinada, en parte, también con la genética. Si bien es cierto que existen alimentos de gusto adquirido y que ahí la cultura es decisiva, también es verdad que la genética influye en la sensación de saciedad y en la necesidad de comer más. Esto, por ejemplo, nos lo encontramos con el gen FTO, relacionado con la sensación de saciedad en el cerebro. 

A veces, estos comportamientos también se relacionan con situaciones de estrés o depresión. Por lo tanto, y aunque algunos aspectos se puedan cambiar, no podemos hablar de que este factor sea ajeno. También se debe recordar que determinados niveles de la glándula tiroides tienen relación. 

6. Extroversión o introversión

La extroversión o introversión son formas de conducta que también están influenciadas por la genética. Determinadas alteraciones pueden generar más o menos serotonina y, por lo tanto, más o menos predisposición a interactuar con los demás. Actualmente, se han localizado 500 regiones en el genoma que podrían estar relacionadas, de una manera u otra, con nuestra tendencia a ser más expansivos o retraídos. 

7. Empatía

Finalmente, la capacidad de tener más o menos empatía hacia los demás también tendría una derivada genética. De hecho, determinadas modificaciones genéticas en el gen OXTR pueden influir en la producción de oxitocina y, con ello, en tener una mayor o menor empatía hacia nuestros semejantes.

Determinados trastornos, se sugiere, podrían tener relación con esta circunstancia. No obstante, hay que entenderlo en conjunto con otros factores. La influencia genética, además, es multifactorial, y no hablamos únicamente de un único gen. 

Por lo tanto…

El binomio entre genética y comportamiento tiene relación en numerosos casos, de ahí que sea bueno tener esta información. ¿Quieres hacer un test genético? En Genotica encontrarás numerosas pruebas divididas según la tipología, el precio, las cuestiones analizadas y el periodo de envío. ¡Conócenos mejor para encontrar la prueba que buscas!

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